México tiene una obsesión con las elecciones y enfrenta obstáculos para la participación ciudadana desde la clase política, manifestó el investigador Sergio Aguayo Quezada durante la conferencia Participación Ciudadana ¿para qué?, impartida en las instalaciones del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC), en el marco del 2° foro Hacia una ley de participación ciudadana.

El investigador de El Colegio de México alertó que en la medida en que la sociedad no encuentra formas de participar en los asuntos públicos, lo está haciendo a través del crimen organizado.

Aguayo Quezada señaló que la clase política en México está empeñada en creer que con organizar elecciones cada tres años basta, mientras que los partidos políticos se han convertido en burocracias pequeñas “satisfechas con sus salarios y distribución de puestos, que hacen todo lo posible por frenar la participación ciudadana en la vida pública”.

En ese sentido, manifestó que el país enfrenta el reto de abrir canales de participación ciudadana para evitar el incremento de lo que denominó “Estado paralelo”, conformado principalmente por organizaciones criminales.

El reconocido investigador destacó que está comprobado que amplios niveles de organización y de participación civil están vinculados con la disminución en los índices de violencia, “organizarse es positivo para la salud pública”, dijo.

En ese sentido, puntualizó que Estado y sociedad civil deben encontrar cauces para dialogar y  buscar soluciones para lo que calificó como un “desorden generalizado” que subsiste en el país.

El académico destacó que las principales propuestas de solución no están emergiendo de la clase política, sino de cuatro actores: organizaciones de la sociedad civil, universidades y centros de investigación, la comunidad internacional y, algunos sectores de la Iglesia Católica.

Manifestó que aunque la ciudadanía continúa ejerciendo su derecho al voto, prevalece la desconfianza en las instituciones que hacen funcionar la democracia.